Oda de aprendiz (44 vueltas al sol). Noviembre MMXXII.
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De pronto, en un suspiro, de nuevo es otoño, pero ya se trata de otro. De pie, frente al umbral del tiempo, lo atravieso para comenzar otra ronda solar. Los huesos de aprendiz continúan engrosando sus aros, tal como el corazón de los árboles, crujiendo venturosos para continuar con la danza cósmica.
Días de otoño, MMXXII.
P.D. Desde hace semanas, me sorprendo tarareando ese bello himno de Richard Desjardins, "Le cœur est un oiseau" ("El corazón es un ave"). Lo hallo ahora tan atinado, que lo evoco con gusto como un canto-autorretrato, justo para celebrar este otoño de cumpleaños.
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