Cuando vi anunciado el taller "Arpillera", pensé que podría ser un buen momento para poder sentarme a platicar con los hilos. Un tanto enredada con madejas, pero de caos dentro de mis laberintos cotidianos, perdí el recordatorio del día y pensé que el gran kit con telas, cuentas y diversos materiales que había recibido por correo para tomar el taller virtual (de bella manera gratuita valga mencionarlo), acumularía añoranza y tiempo antes de poder sentarme a explorarlo.
Pero mi sorpresa fue grande cuando recibí una notificación para la segunda parte ("¿eran dos? ¡enhorabuena!"), pasando una agradable tarde para ponerme al corriente, escuchando el origen sobre la gran relevancia que tuvo el movimiento de Arpilleras como medio de expresión político durante la dictadura en Chile , y cómo continúa siendo una voz para hilvanar historias de toda índole. Carolina Echeverría, la artista que impartió el taller, nos compartió cómo la inspiró a plasmar su experiencia durante la pandemia, y nos convidó a explorar y compartir la nuestra también por ese medio.
Mi experiencia durante la pandemia se asemeja mucho a mi proceso de inmigración que comenzó hace cuatro años (queriendo decir que mi vida no cambió demasiado), por lo que pensar en ello me invocó a trazar las pistas de ese camino de transformación, de adaptación y enraizamiento constante, del seguimiento del abrazo medicina de las estaciones, la efigie refugio de la Tierra Madre, que también es mi abuela, mi madre, yo misma y mis ancestras y el suspiro veterano de mi saudade constante con holanes.
Poco a poco comenzaron a tomar su lugar en mi arpillera, y el impulso de la llegada de Beltane me animó sumergirme en ella durante la noche de Walpurgis para poder compartirla en la galería junto con todas las invitadas al taller que bordamos y compartimos nuestras historias, si bien virtualmente, en círculo sanador a la usanza de todas nuestras ancestras .
Días de aprendiz, mayo MMXXI.
P.D. Me quedé con la cosquilla de continuar platicando en círculo con hilos, creo que para el final del verano haré un llamado de tribu que diga "¿Nos sentamos a bordar a la distancia?"
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